viernes, 28 de septiembre de 2007

15. Las vainas de Leganés (II).

 

¿Cómo se explica que la Ertzaintza hiciese un estudio sobre un casquillo troquelado en su culote "SR-96" en relación con las lesiones que sufrió Larbi Raichi el 31 de diciembre del 2003 y el Cuerpo Nacional de Policía al estudiar el mismo casquillo y compararlo con lo recogido en Leganés lo mencionase como "SB 96"?, ¿estamos hablando de dos casquillos distintos?

 

Esta es una pregunta colateral a todo lo relativo a las armas de la célula terrorista y el 11-M, pero que surge a lo largo de la investigación, y merece ser explicada aquí.

 

No se trata de poner en tela de juicio la intervención de la Ertzaintza, para nada. Lo que se pone en tela de juicio es el material que estudiaron los expertos en Balística del Cuerpo Nacional de Policía, que les llegó de manera un tanto rocambolesca y cuyo informe está en el Tomo 82 del Sumario.

 

La secuencia de los hechos es la siguiente:

 

La noche del 31 de diciembre del 2003, delante del bar Tkikía, en la calle Pedro Martínez Artola, de Bilbao, un individuo dispara en la rodilla a Larbi Raichi, al parecer por una deuda de drogas.

 

En los primeros momentos la Ertzaintza realizó un informe, el I.P. 04/0068, sobre una bala disparada y "una vaina metálica con pistón percutido, con las inscripciones en el culote "SR-96-y una cruz dentro de un círculo [símbolo que indica que la munición está homologada para su uso por las fuerzas de la OTAN]", y en el mismo se decía que no era posible establecer relación entre la vaina y la bala, es decir, no podían determinar técnicamente que la bala y la vaina formaron en origen el mismo cartucho.

 

La víctima de los disparos hizo una ampliación a su denuncia el día 2 de abril del 2004, indicando que en el periódico El Correo del 1 de abril había visto una fotografía de la persona que le había disparado el 31 de diciembre, identificándolo como Jamal Ahmidan.

 

Por otro lado, en las labores de desescombro del piso de Leganés, la Policía encontraba en los primeros días de abril, entre otras cosas, dos vainas en cuyos culotes se leía "SB 9P 96" y una bala deformada, disparada.

 

Mientras tanto, la bala y la vaina recogidas por la Ertzaintza el 31 de diciembre fueron cedidas para estudio por la Guardia Civil a finales de abril del 2004, que informó a la Ertzaintza que no había relación entre ambas y los elementos "dubitados" existentes en la base de datos que tienen Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía.

 

Pocos meses después, en septiembre del 2004, tras noticias procedentes de la Brigada Provincial de Información de Bilbao y de la UCIE, finalmente, llegan a manos de los especialistas en Balística del Cuerpo Nacional de Policía en Madrid (según dicen ellos) 'UNA vaina metálica, percutida, de carácter "dubitado", troquelada en su culote: "SB 96"' y 'UNA bala blindada, disparada y deformada, por impacto o impactos de carácter "dubitado"' relacionadas con las diligencias de la Ertzaintza número 594D0400945 de Bilbao Comisaría, "recogidas en el exterior del bar Txikía", se supone que estos elementos son los vinculados con las lesiones por arma de fuego de Larbi Raichi el 31 de diciembre del 2003.

 

En la Comisaría General de Policía Científica, en Madrid, emitieron un informe el 21 de septiembre del 2004 en el que concluían que la bala y la vaina estudiadas, procedentes del asunto I. P. 04/0068 de la Ertzaintza estaban "relacionados con las dos vainas y la bala, ambas de 9mm. Parabellum,…" recogidos en el piso de "la calle Carmen Martín Gaite de Leganés (Madrid)." Es decir, tanto unos como otros habían sido disparados por la misma pistola.

 

De este modo, los expertos en Balística de la Comisaría General de Policía Científica unían el piso de Leganés con las lesiones sufridas por Larbi Raichi en Bilbao el 31 de diciembre del 2003, y de paso con Jamal Ahmidan (muerto en Leganés).

 

No tenían la pistola con la cual se efectuó el disparo, ya que en el informe de Policía Científica de Madrid se indica que entre los restos del piso de Leganés se recogieron, dice el folio 11962 del Sumario, dos subfusiles Sterling, un subfusil CZ, restos de una pistola del calibre 9mm. corto y el culatín de una segunda arma [corta] sin determinar.

 

Es decir, si la pistola con la que se dispararon la bala y las vainas encontradas en Leganés estaba en el piso, y la secuencia de hechos parece indicar que sí, entonces la pistola quedó destruida durante la explosión ocurrida en el piso.

 

Con todo esto resuelto, los problemas sobre el particular son meramente anecdóticos, por mucho que se haya querido escribir sobre ello.

a) Si el culote de la vaina que examinaron los expertos del Cuerpo Nacional de Policía dice "SB 96", y en él aparece el logo de la OTAN (la cruz dentro del círculo), esto quiere decir que los expertos de Madrid "olvidaron" incluirlo en su descripción de la vaina. Y se trataría, como ellos mismos dicen, de una munición española fabricada por la Empresa Nacional Santa Bárbara.

b) Si el culote que examinó la Ertzaintza ponía efectivamente "SR 96" además del logo de la OTAN, se trataría de una munición fabricada por la Royal Ordnance Factory en una de sus factorías británicas, totalmente distinta a la fabricada por Santa Bárbara en el año 1996.

 

Pero hay un hecho indiscutible, la fábrica de la Royal Ordnance Factory dedicada a munición de pequeño calibre se encontraba en la localidad de Spennymoor, Condado de Durham, y era parte del esfuerzo del gobierno británico realizado durante la II Guerra Mundial. Esta fábrica en concreto estuvo activa entre 1941 y 1945, dedicada principalmente a la fabricación de componentes del cartucho del calibre .303 para el rifle MK, que no tiene nada que ver con el calibre 9 mm. Parabellum.

 

Por lo tanto, la Royal Ordnance Factory ni fabricó munición del calibre 9mm. Parabellum, ni podía incluir el logo de la OTAN (fundada en el año 1949) en el culote, con lo cual es imposible que la munición examinada por la Ertzaintza tuviese la leyenda "SR 96".

 

No queda otra opción que ver de nuevo las fotografías correspondientes al informe de la Ertzaintza que están en el Tomo 107, y donde los expertos de la Policía Autónoma Vasca dicen "SR 96" debieron decir "SB 96 y una cruz en el interior de un círculo".

miércoles, 26 de septiembre de 2007

14. Abu Hamza.

¿Quién era realmente "Abu Hamza"?

 

Abu Hamza es un nombre que aparece a lo largo del Sumario en varias ocasiones, y su importancia radica en que la Fiscalía intentaba demostrar que Abu Hamza era el responsable intelectual de los atentados de Madrid. Y en busca de esta autoría intelectual adjudicó tal apodo a Hassan El Haski.

 

El propio El Haski, responsable del GICM para Europa, negó tener ese apelativo.

 

En algún momento durante el interrogatorio de Attila Turk, persona que alojó a Hassan El Haski en París tras los atentados del 11-M, la fiscal Olga Sánchez incluso confundió el apelativo de de Abu Hamza con el de Abu Dujana, a la hora de preguntar al interrogado por el sobrenombre con el que era conocido.

 

La cosa llegó se embrolló de tal modo que el abogado defensor de Attila Turk le preguntó a su cliente si era conocido como "Hamza", a lo que éste respondió de manera afirmativa. Dijo que era "Hamza", no "Abu Hamza".

 

Otro de los testigos en la vista oral, Youssef M`saad, en cuya casa de los alrededores de París también se refugió Hassan El Haski, y que intervino mediante videoconferencia, reconoció que a El Haski raramente se le conocía por este apodo, pero que a Attila Turk sí se le conocía como Abu Hamza.

 

Pero es que, además de esos supuestos Abu Hamza, ¡¡¡ya había otros dos "Abu Hamza" en el Sumario!!!

 

Uno de ellos aparece mencionado en una de las Comisiones Rogatorias, en concreto de la de Marruecos y en la que "el emir de la sangre", Youssef Fikri, responsable de los atentados de Casablanca del año 2003, identifica a Abu Hamza como Abdelkader Hakimi, el responsable del GICM para Italia.

 

El otro es Imad Rustom, dueño de ARCONSA (la empresa para la que trabajó Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet), y que era conocido como "Abu Hamze".

 

Y si se busca un dato más fidedigno, Abu Hamza al Masri, es el imán radical de origen egipcio y nacionalidad británica que se ha autoproclamado oficial jurídico de Ejército Islámico de Adén, y desde la mezquita londinense de Finsbury Park ha incitado en numerosas ocasiones a los musulmanes contra Occidente, apoyando al GIA argelino y Al Qaeda.

 

En árabe Abu significa "padre", y Hamza tiene dos significados: es uno de los tres tipos de vocales en ese idioma, y también significa "león", uniendo ambos vocablos tendríamos "El padre del león", lo cual podemos hacer equivalente a jefe.

 

Con todos esos antecedentes, en realidad Abu Hamza no debe ser una persona en concreto, muy probablemente sea el sobrenombre con el que es conocida la persona que tiene una determinada responsabilidad dentro del GICM, y debe ejercer labores de guía para su grupo, como las que realiza Abu Hamza al Masri con los musulmanes en general.

 

lunes, 24 de septiembre de 2007

13. Las tarjetas de crédito de los terroristas.

 

¿Sabemos cuántos de los islamistas investigados por la Policía disponían de tarjetas de crédito o débito? ¿Qué operaciones de relevancia para la investigación se hicieron con ellas?

 

Desconocemos cuantos de los investigados disponían de tarjetas de crédito o débito, con cargo a qué cuentas, de qué bancos y el uso que de las mismas hicieron antes y después del 11 de marzo. Esa es la realidad.

 

Tal vez los investigadores, amparándose en esa socorrida "economía de subsistencia"  que mencionan en su informe económico, no consideraron significativos los movimientos de las mismas, pero otros datos del Sumario parecen contradecir esta suposición y proporcionan información de algunos movimientos que sí son significativos, no tanto por la cuantía como por el tipo de operación, la fecha o el lugar de realización.

 

Por ejemplo, habría que considerar de relevancia las recargas de teléfonos móviles, tal y como hizo el 29 de agosto del 2003 Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet con su tarjeta de débito 49400050339229701, recargando 10 euros para su teléfono móvil 635243590.

 

También las retiradas de 700 y 400 euros efectuadas por Mohamed Belhadj en cajeros automáticos de Madrid y Barcelona, en fechas tan señaladas como el 11 de marzo y el 4 de abril del 2004.

 

O el uso de tarjetas para el abono de los peajes de autopista, realizado por José Emilio Suárez Trashorras, durante los meses de enero a marzo del 2004.

 

Esa es una pequeña parte de lo que existe, y no se nos ha explicado en toda su amplitud, ni el número de tarjetas, ni los titulares de las mismas, ni el uso que de ellas hicieron durante los meses previos y posteriores a los atentados del 11 de marzo, y que hubieran permitido reconstruir un poco más fehacientemente lo ocurrido.

viernes, 21 de septiembre de 2007

12. El confidente Lavandera.

 

¿Qué contó Lavandera en 2001 que hubiese servido para evitar los atentados?

 

El ex mercenario, ex portero de discoteca y antiguo soldado de operaciones especiales, Francisco Javier Lavandera Villazón, tuvo una faceta como informador de los Cuerpos de Seguridad que le llevó a convertirse en el testigo protegido S20-04-X-89 de este Sumario y por lo cual prestó declaración en la vista oral el 26 de marzo del 2007.

 

Lavandera ya había advertido en el 2001 a Policía y Guardia Civil que Antonio Toro Castro y José Emilio Suárez Trashorras estaban intentando vender explosivos. Según él, nadie le hizo caso.

 

Sin embargo, en el mes de julio de ese año, el Cuerpo Nacional de Policía llevó a cabo en Asturias la operación "People" (léase "Pípol" que así es como se la ha conocido por escrito a lo largo de todos estos meses) en la que detuvo a Antonio Toro Castro, José Emilio Suárez Trashorras, Juan Ignacio Fernández Díaz "El Nayo", y Laurencio Castaño García (policía local de San Martín del Rey Aurelio). En poder de Toro encontraron estupefacientes y explosivos.

 

Lavandera continuó con sus advertencias, y de este modo el 28 de agosto del 2001 un guardia civil grabó una de las conversaciones que mantuvo con Lavandera y la conservó a buen recaudo durante años.

 

El detalle significativo que Lavandera dijo haber contado a la Policía, y también a la Guardia Civil, es que Suárez Trashorras estaba buscando alguien que consiguiese adaptar teléfonos móviles para activar bombas ¡ya en el 2001!

 

La cinta no vio la luz hasta finales del 2004, cuando los mandos de la Guardia Civil en Asturias comparecieron en el Congreso ante la Comisión del 11-M, y se vieron obligados a dar explicaciones sobre la misma, pues había sido ya noticia en los medios de comunicación.

 

Pero hasta el día de su comparecencia ante el tribunal, en marzo del 2007, muchos consideraron a Lavandera como "testigo desprotegido", por los incidentes que había sufrido durante los meses de instrucción del proceso (suicidio de su compañera sentimental, muerte de animales en su granja, tiroteo del que él mismo fue víctima).

 

Incluso la condición de testigo protegido le fue retirada como consecuencia de haber hecho un gasto superfluo (comprar una pistola de la marca HK) y rechazado un trabajo (vigilante de seguridad –uniformado- en el aeropuerto de Sondica, Bilbao).

 

El día 26 de marzo, ante el tribunal todo el mundo sabía quién era el testigo protegido. Hasta la defensa de Suárez Trashorras le nombró por su apellido, siendo entonces necesario que el Presidente del tribunal le llamase la atención, recordándole que se trataba de un testigo protegido, "aunque todos sabemos más o menos, si es testigo protegido, pues…"

 

martes, 18 de septiembre de 2007

11. Edima Lamari.

¿Alguien sabe quién es Edima Lamari?

 

El nombre de esta persona aparece una sola vez en el Sumario, y nadie parece haberse preocupado por ella (si es que es una mujer y si realmente existe).

 

El 11 de abril del 2004, cuando se cumplía el primer mes de los atentados contra los trenes de cercanías en Madrid, desde la oficina de Correos con código 2830994, situada muy cerca de la calle Bravo Murillo, en concreto en el número 1 de la calle Mariano Fernández, en el distrito de Estrecho, una persona firmó como "Edima Lamari" el envío de un giro por importe de 100 euros a Abdelkrim Bensmail, preso en Villabona (Asturias) y detenido en 1997 por su pertenencia al GIA y cumpliendo condena por ello, en el mismo proceso en el cual también fue condenado Lamari. En el apartado destinado a texto, el (o la) remitente escribió "aguanta hermano", mensaje característico de los anteriores envíos de Lamari a la misma persona y a otros islamistas presos por la misma causa.

 

No era extraño que Bensmail recibiese dinero de Allekema Lamari, por lo cual, la recepción de un giro firmado por "Edima" no dejaría de ser un mensaje, de tal modo que quien lo recibió supo con ello que Allekema había muerto.

 

Edima sería la persona encargada de transmitir la noticia al círculo de próximos al argelino, tanto de la prisión como fuera de ella.  No sabemos si Edima Lamari existe en realidad, lo cierto es que esa persona que actuó en nombre de Allekema Lamari y se encargó de efectuar el envío, y con ello el mensaje a su receptor: Allekema ha muerto.

 

Sobre la pista del argelino pusieron a los investigadores tanto el Centro Nacional de Inteligencia como Safwan Sabagh (detenido en Valencia, y persona que había recogido a Lamari tras su salida de la prisión pontevedresa de A Lama en 2002), e incluso el mismo Bensmail afirmaba que Allekema era el responsable del 11-M. Pero la Policía no conseguiría confirmar de manera oficial la identidad de Allekema Lamari como el séptimo ocupante del piso de Carmen Martín Gaite, 40 en Leganés hasta el mes de octubre del 2004, tras la comprobación de unas muestras de ADN con otras tomadas a familiares suyos en Argelia.

 

¿Se ha buscado el boletín de envío del giro postal para tratar de identificar quien envió dinero a presos islamistas después de la muerte de Lamari y en su nombre?

 

Después de la ingente labor realizada por los expertos en documentos y escritura de la Comisaría General de Policía Científica, extremos como éste quedan aún sin responder.

viernes, 14 de septiembre de 2007

10. ¿A quiénes vieron los testigos en los trenes?

Los autores que fueron reconocidos en la vista oral.

 

Después de muchos dimes y diretes, en la vista oral testificaron varias personas, casi todas ellas como testigos protegidos, que decían haber visto el día 11 de marzo a varios de los acusados montados en los trenes con grandes mochilas o bolsas. El resumen de lo que allí es dijo es este:

 

La testigo protegido B-78, en su día dijo haber visto a Basel Ghalyoun en el tren que explotó en la calle Téllez, pero en la vista oral aseguró que a quien vio fue a Daoud Ouhnane (que se encuentra en paradero desconocido). Esto ha traído como consecuencia que se retire la acusación de la Fiscalía contra Basel como autor. En honor a la verdad hay que decir que el propio juez instructor no lo consideraba autor, al no confiar en el testimonio de esta mujer.

 

La testigo protegido X-11, había reconocido a Abdelmajid Bouchar en la estación de Entrevías, como el joven con gorro de lana calado del que rebosan los rizos, con un abrigo oscuro y pantalones, y que se bajó de un tren y se le acercó mientras ella espera para subir y le preguntó si la siguiente parada del recorrido era Atocha, ella le contestó afirmativamente y entonces el chico abandonó la estación. La mujer dejó pasar el tren del que había bajado el joven y cogió el siguiente. El tren en el que no subió estalló a la altura de la calle Téllez. Ahora, en la vista oral, dijo que no era Abdelmajid Bouchar, que era Jamal Zougam.

 

El testigo protegido S-27 dijo que vio a Jamal Zougam en el tren que explotó en El Pozo, el único tren de dos pisos. Este testigo detalló que el individuo en cuestión llevaba una férula de escayola o "escayolita" en la nariz.

 

Los testigos protegidos R-10, C-65 y J-70 (estas dos últimas viajaban juntas) dicen que vieron a Jamal Zougam en el tren que explotó en Santa Eugenia.

 

El testigo protegido H-19, dijo que vio a tres personas en las cercanías de la estación de Alcalá de Henares en la mañana del 11-M, sobre las 6.45, y reconoció como "semejantes, pero no con exactitud" a cuatro personas: Jamal Zougam, Hamid Ahmidan (primo de Jamal Ahmidan), Driss Chebli y Mohamed Haddad (imputado inicialmente pero luego no procesado).

 

Además, está el testimonio que ya hemos mencionado de Luis Manuel T. L., que vio a un individuo cambiarse de ropas en una obra cerca de la estación de Vicálvaro, y dudó en la vista oral entre Mohamed Oulad, Asrih Rifaat Anwar (ambos muertos) y Mohamed Bouharrat.

 

El balance es realmente muy pobre: cambios en los reconocimientos, reconocimientos de muertos, una misma persona reconocida simultáneamente en tres de los cuatro trenes ¿alguien se lo imagina cargando tres mochilas para irlas repartiendo una por cada tren?, ¿o cambiando de un tren a otro en una misma estación?, ¿y cambiando de ropas al mismo tiempo que de trenes para no ser reconocido?

 

Todo puede ser más sencillo, personas parecidas a Jamal Zougam se montaron en, al menos, dos de los trenes donde se dice que fue visto Jamal.

 

Respecto a Daoud Ouhnane, esperemos a que sea detenido para poder confirmar su reconocimiento.

 

De los demás, poco que añadir, "semejantes, pero no con exactitud", o no poder apreciar los rasgos "por estar a demasiada distancia."

miércoles, 12 de septiembre de 2007

9. El hombre de Vicálvaro.

¿Quién era "el hombre de Vicálvaro"?

 

Un individuo se deshizo de unas ropas en una obra cerca de la estación de Vicálvaro antes de las 8 de la mañana del 11 de marzo, gesto que fue observado por algunos de los trabajadores. En esas prendas fue encontrado ADN de cuatro personas distintas: Othman el Gnaoui, Abdennabi Kounjaa, Asrih Rifaat Anwar y Mohamed Oulad Akcha.

 

No sabemos de qué persona se trataba, puesto que no hay un reconocimiento concluyente por parte del testigo y tampoco sabemos cual de los cuatro identificados a través del ADN podría ser.

 

El testigo ocular, Luis Manuel T. L., declaró el 19 de marzo del 2007 en la vista oral que la persona que se despojó de los pantalones vaqueros claritos y la sudadera negra podía ser Mohamed Oulad o Asrih Rifaat Anwar, y también Mohamed Bouharrat (pese a que de este no aparece ADN en las prendas), sin poder precisar más debido a la distancia a la que observó al mismo. Al testigo le extrañó que una persona se cambiase de ropa dentro de la obra, llevando bajo la misma otras prendas, por eso se lo comunicó al encargado durante la parada para tomar el bocadillo.

 

Otro de los empleados de la misma obra, situada a 150 metros de la estación de Vicálvaro, Alberto A., declaró que, además, en un contenedor dentro del perímetro de la obra se encontraron "unos guantes y un gorro de montaña."

 

Las prendas que la Guardia Civil recogió ese día fueron un pantalón vaquero azul de la marca "Stevenson", una sudadera de color negro de la marca "Nudos", un par de guantes de lana de color negro y una bufanda tubular de color negro de la marca "Thinsulate".

 

Respecto a la procedencia y destino del individuo que dejó las prendas hay que tomar en consideración que se detectó la presencia de un número de teléfono que, parece ser, no tiene titular asignado (se trata del 651593119) y que estaba ubicado a las 06.36 y 06.55 de la mañana del 11 de marzo en las cercanías de la estación de tren de Torrejón de Ardoz. Ese mismo número de teléfono estaba a las 07.35 en las cercanías de la estación de Vicálvaro y a las 07.45 ya se encontraba cerca del intercambiador de la avenida de América.

 

Hasta ahí casi todo lo que se puede decir de esas ropas, su portador y el teléfono que podía llevar. ¿Cuál de los cuatro identificados a través del ADN era realmente?, ¿sabemos si el individuo se montó en el Metro?, ¿de dónde procedía?, ¿hacia dónde se dirigía?

jueves, 6 de septiembre de 2007

8. El verdadero descubrimiento de Morata.

¿Qué día descubre la Policía la finca de Morata de Tajuña?

 

La Policía trasladó a José Emilio Suárez Trashorras, que estaba detenido, desde Asturias a Madrid, y antes de ponerlo a disposición del juez le "paseó" por la zona de Chinchón y Morata en la que se encontraba la casa, en la mañana del 20 de marzo.

 

Parece ser que Trashorras no pudo concretar el sitio exacto donde se encontraba la finca, incluso hicieron alguna llamada a Asturias para que su esposa, Carmen Toro, (que también había estado allí) ayudase a situarla.

 

El intento no fructificó, y los investigadores de la Policía todavía tardaron unos días más en descubrir cuál era la finca y si esta se encontraba ocupada o no. Y esto no fue posible sino después de recorrer en esos días varios Registros de la Propiedad, según manifestó uno de los jefes policiales en la vista oral.

 

Cuando los policías encontraron la finca ya no estaba ocupada, puesto que el mismo día 20 de marzo Jamal Ahmidan había descubierto que la Policía vigilaba su casa en la calle Villalobos, por lo cual desistió de aparecer por su domicilio.

 

El registro de la finca lo realizó la Policía el día 26 de marzo por la tarde, con el resultado que ya todos conocemos.

 

Sin embargo, en sus declaraciones del 1 y 6 de marzo de 2007, el Inspector-jefe de la UCIE que fue instructor de la investigación del 11-M declaró que la finca ya había sido localizada por su Sección en septiembre de 2002 dentro de una investigación a Mustafá Maymouni, cuñado de Sarhane, "el Tunecino".

 

Más grave aún que esto, el mismo día 12 de marzo de 2004 la Policía ya sabía que la tarjeta SIM del teléfono destinado a iniciar la bomba de la estación de El Pozo había sido activada bajo la BTS de Morata de Tajuña.

 

¿Qué hizo la Policía respecto a esa finca entre el 12 y el 26 de marzo? No lo sabemos, y nadie lo ha explicado. Pero tenía tres datos para sumar: BTS de Morata y finca que había tenido alquilada Mustafá Maymouni en 2002 en Morata, la finca era propiedad de Mohamed Needl Acaid, en prisión por su vinculación con el 11-S. ¿Tan difícil resultaba cruzar esos tres datos en la base Infopera que tanto han utilizado durante la investigación?

martes, 4 de septiembre de 2007

7. Las vainas de Leganés (I).

          ¿Quién realizó los disparos de Leganés a los que pertenecían las vainas que se recogieron allí?

 

Esta es la primera pregunta que se debe responder sobre esas vainas y balas encontradas entre los escombros del piso de la calle Carmen Martín Gaite en Leganés.

 

Repetidamente se ha afirmado, tanto durante la instrucción del Sumario como en la vista oral, que nadie (ningún policía) disparó desde el exterior de la vivienda. Pero en las labores de desescombro del piso de Leganés se recogieron vainas del calibre 9 mm. parabellum (de pistola y subfusil) y del calibre 12 (de escopeta, para que nos entendamos), que parecen desmentirlo.

 

Hablando con propiedad, de acuerdo con el recuento de la Policía Científica, dicen que se recogieron en Leganés:

 

- un silenciador para arma de 9mm.

- cartuchos de 9mm parabellum troquelados en sus culotes FNM 4 67 (portugueses),

- también FN 53 (belga),

- 27 cartuchos metálicos FNM 4 61 (25) y FN 55 (2),

- 3 cartuchos 9mm corto SB-T 9c 77 (2) y T 9c 69 (1),

- una bala blindada disparada y deformada (9mm para),

- 19 cartuchos metálicos SB 9 P 90,

- 2 cartuchos semimetálicos 12 POSTAS 12,

- 2 vainas percutidas SB 9 P 96,

- 1 vaina semimetálica Remington 12 Peters,

 

Sin mencionar las mínimas discrepancias en cuanto a las leyendas de los culotes de la munición (en un sitio dicen que son FNM 4 61, mientras que en otro aparecen como FNM 4 67, y también FN 53 por FN 55), y vemos el resto de la munición encontrada entre los escombros del piso hay que concluir que tanto los 19 cartuchos metálicos SB 9 P 90 como los 2 cartuchos semimetálicos 12 POSTAS 12, las 2 vainas percutidas SB 9 P 96 y la vaina semimetálica Remington 12 Peters, pueden corresponder todas ellas a munición de uso policial, en concreto los cartuchos SB 9 P 90 y las dos vainas SB 9 P 96 pueden haber sido disparadas por pistolas o subfusiles de los miembros del GEO y los cartuchos semimetálicos 12 POSTAS 12 y la vaina semimetálica Remington 12 Peters pueden haberlo sido por una de las escopetas de los mismos agentes que rodeaban el piso.

 

Para confirmar lo anterior, podemos decir que no apareció en Leganés ningún arma ni resto de ella que pudiese disparar cartuchos semimetálicos del calibre 12. Es decir, no apareció ninguna escopeta.

 

Con esto queremos decir que el casquillo correspondiente a munición de escopeta tuvo que ser disparado por la Policía, y que lo habrían hecho o los miembros del GEO o alguno de los policías que integraban el cordón policial. Y si dispararon gases lacrimógenos (como ellos mismos reconocen) seguro que es suyo.

 

Sin embargo, las dos vainas SB 9 P 96 fueron identificadas posteriormente como disparadas por un arma que había sido utilizada el 31 de diciembre de 2003 para causar lesiones al marroquí Larbi Raichi en Bilbao (pero esa es otra historia de la que ya hablaremos para desmitificar la polémica). Con lo cual se confirmaría lo dicho por los policías: desde el interior del piso se realizaron disparos contra la Policía.

 

De todos modos, parecen pocos disparos para tanta tensión como se supone que hubo aquella tarde antes de que los inquilinos del piso decidiesen acabar con sus vidas.