¿Qué contó Lavandera en 2001 que hubiese servido para evitar los atentados?
El ex mercenario, ex portero de discoteca y antiguo soldado de operaciones especiales, Francisco Javier Lavandera Villazón, tuvo una faceta como informador de los Cuerpos de Seguridad que le llevó a convertirse en el testigo protegido S20-04-X-89 de este Sumario y por lo cual prestó declaración en la vista oral el 26 de marzo del 2007.
Lavandera ya había advertido en el 2001 a Policía y Guardia Civil que Antonio Toro Castro y José Emilio Suárez Trashorras estaban intentando vender explosivos. Según él, nadie le hizo caso.
Sin embargo, en el mes de julio de ese año, el Cuerpo Nacional de Policía llevó a cabo en Asturias la operación "People" (léase "Pípol" que así es como se la ha conocido por escrito a lo largo de todos estos meses) en la que detuvo a Antonio Toro Castro, José Emilio Suárez Trashorras, Juan Ignacio Fernández Díaz "El Nayo", y Laurencio Castaño García (policía local de San Martín del Rey Aurelio). En poder de Toro encontraron estupefacientes y explosivos.
Lavandera continuó con sus advertencias, y de este modo el 28 de agosto del 2001 un guardia civil grabó una de las conversaciones que mantuvo con Lavandera y la conservó a buen recaudo durante años.
El detalle significativo que Lavandera dijo haber contado a la Policía, y también a la Guardia Civil, es que Suárez Trashorras estaba buscando alguien que consiguiese adaptar teléfonos móviles para activar bombas ¡ya en el 2001!
La cinta no vio la luz hasta finales del 2004, cuando los mandos de la Guardia Civil en Asturias comparecieron en el Congreso ante la Comisión del 11-M, y se vieron obligados a dar explicaciones sobre la misma, pues había sido ya noticia en los medios de comunicación.
Pero hasta el día de su comparecencia ante el tribunal, en marzo del 2007, muchos consideraron a Lavandera como "testigo desprotegido", por los incidentes que había sufrido durante los meses de instrucción del proceso (suicidio de su compañera sentimental, muerte de animales en su granja, tiroteo del que él mismo fue víctima).
Incluso la condición de testigo protegido le fue retirada como consecuencia de haber hecho un gasto superfluo (comprar una pistola de la marca HK) y rechazado un trabajo (vigilante de seguridad –uniformado- en el aeropuerto de Sondica, Bilbao).
El día 26 de marzo, ante el tribunal todo el mundo sabía quién era el testigo protegido. Hasta la defensa de Suárez Trashorras le nombró por su apellido, siendo entonces necesario que el Presidente del tribunal le llamase la atención, recordándole que se trataba de un testigo protegido, "aunque todos sabemos más o menos, si es testigo protegido, pues…"
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