martes, 9 de octubre de 2007

19. El crackeador de móviles.

¿Qué pasó con Sofian E. P.?

 

Por si alguien no lo sabía, la Policía tomó declaración en los primeros días posteriores al 11-M, concretamente la tarde-noche del 13 de marzo, a una persona que se dedicaba a crackear   teléfonos móviles.

 

Los conocimientos de un experto en esta área son de suma importancia cuando se trabaja con teléfonos móviles, ya que crackear un programa informático es modificarlo para salvar, eliminándolas, las barreras de protección establecidas por el fabricante original. Los crackeadores son un subgrupo dentro de los hackers, ya que su labor tiende unas veces al beneficio propio y otras a perjudicar a los crackeados. Como los terminales telefónicos funcionan, entre otras cosas, gracias al software informático que incorporan, es necesario un experto en crackear programas para poder modificarlos.

 

Nacido en Trípoli, Libia, hijo de libio y española, estudiante de electrónica, llevaba en España desde 1998 y él mismo dijo a los policías que sabía crackear móviles, que bajaba programas de Internet y les enseñaba a manejarlos a los empleados del locutorio-tienda Meditel, que estaba en la calle Almansa, número 10 de Madrid. También dijo que sabía cómo hacer un móvil con piezas de otros.

 

Pese a todo ello, pese a la cantidad de conocimientos que decía tener, a los cursos de informática e Internet que había realizado y a la cantidad de cosas que decía que sabía hacer con los teléfonos móviles, su declaración es un cúmulo de ausencias.

 

De ausencia de preguntas, claro está, a cual más obvia. Y, como consecuencia de ello, de ausencia de respuestas que nos gustaría haber tenido de primera mano.

 

¿No se le preguntó nada más?, ¿ni por los programas que utilizaba para el crackeado?, ¿ni en qué ordenadores los había cargado?, ¿de quien o quienes eran esos ordenadores?, ¿ni cuando?, ¿ni cuanto cobraba por eso?

 

No, no se le preguntó por ninguna de esas cosas. Tampoco se le preguntó si alguna persona entró en contacto con él para realizar esta tarea, ni a quienes conocía en el barrio de Lavapiés. Su declaración ocupa menos espacio que el dedicado en esta bitácora a explicar su presencia en el Sumario.

 

Curiosamente, dijo que había dejado su trabajo, en el que llevaba desde el año 2001, el lunes 8 de marzo, la misma fecha en la que dejaron sus trabajos y/o domicilios: Abdelmajid Bouchar (quien escapó a la carrera del piso de Leganés, detenido en Belgrado en 2005 y ahora procesado como autor), Mohamed Belhadj (huido, con Orden Europea de Detención en vigor), Said Berraj (huido, con Orden Europea de Detención en vigor), Sarhane Ben Abdelmajid Fakhet "el Tunecino" (muerto el 3 de abril del 2004 en Leganés), Allekema Lamari (quien se despidió telefónicamente de varias personas y realizó unos envíos de dinero por giro postal antes de morir el 3 de abril del 2004 en Leganés), Hassan El Haski (responsable del GICM y también ahora procesado), Abderraman Hammadi (quien marchó ese día a Francia).

 

La empresa en la que trabajaba Sofian, Niágara Comunicaciones, estaba en la misma calle y casi frente por frente de lugar donde se encuentra la Dirección General de la Policía… y se dedicaba a música de relajación.