martes, 6 de noviembre de 2007

22. Los terminales telefónicos manipulados.

 

¿Se comprobó durante la investigación si cada terminal telefónico que se ocupó a los detenidos o se encontró, como ocurrió en Leganés, llevaba el software que montaba en origen, o si se había modificado éste?

 

No. Ni tan siquiera se menciona a lo largo del Sumario la posibilidad de efectuar prueba alguna sobre esto. Como tampoco se efectúa ninguna para saber si los terminales telefónicos estaban liberados. En muchos casos se debe interpretar que esto sí ha sucedido puesto que se trata de terminales suministrados por una determinada operadora (como los Trium de Telefónica) que se utilizan con tarjetas de otra (Amena en el caso de la "mochila de Vallecas").

 

Pero el problema es digno de estudio. De acuerdo con el IMEI del terminal telefónico (el "carné de identidad" del terminal) el software debe ser uno determinado. Esto es así para los teléfonos que utilizan tecnología symbian, en los que el IMEI identifica, entre otras cosas, el fabricante del terminal y el operador para el que se pone en el mercado.

 

Para explicarlo de una manera sencilla. Un terminal telefónico (un teléfono móvil, para que nos entendamos) funciona, entre otras razones, porque lleva cargado un programa informático ( software) que le permite entender y realizar una serie de órdenes, tales como reconocer una tarjeta SIM, conectarse con una red de telefonía móvil, desde allí conectarse con el teléfono de destino, utilizar la agenda con los números de teléfono, etc.

 

Todos sabemos que cuando compramos en España una tarjeta telefónica (por ejemplo, Movistar) ha de ser de la misma compañía que el teléfono que tenemos, o al revés, si tenemos un teléfono Movistar debemos utilizar una tarjeta telefónica (un número de teléfono móvil) de Movistar.

 

El primer escalón en orden de dificultad que salvan quienes conocen el software que se utiliza en los teléfonos móviles es eliminar el bloqueo informático que impide a un terminal telefónico ser utilizado con tarjetas de otras compañías. Es decir, lo primero que hace un "crackeador"  es eliminar algunas claves de seguridad del software y permitir que el terminal sea utilizado por tarjetas de cualquier operador telefónico. Esto es lo que se conoce como "liberar" un móvil.

 

Cuando se realiza esta operación el número que identifica al terminal, el IMEI, permanece inalterado. Es decir, nuestro terminal reconocerá cualquier tarjeta que usemos, pero seguirá manteniendo el mismo IMEI, puesto que el software fundamental no se ha modificado.

 

El segundo escalón de dificultad consiste en modificar el IMEI del terminal, cambiando para ello el software del mismo. Si borramos el software del terminal y le cargamos una versión distinta (normalmente más nueva), el teléfono volverá a funcionar, pero su número de IMEI será distinto, y aparecerá en la red de telefonía en principio como nuevo.

 

Pues bien, en todo el Sumario no aparece una sola prueba pericial que explique detallada o superficialmente si los terminales que la Policía encontró a lo largo de toda la investigación habían sido manipulados, y si lo fueron en qué consistió la manipulación. Y lo mismo que decimos para los terminales podemos decir para las tarjetas SIM.

 

De haberse hecho estas comprobaciones tal vez se hubiesen esclarecido cosas como las recogidas en el Sumario, donde aparecen conceptos tales como "IMEI ARREGLADO", que nadie se ha molestado en explicar qué significa, si es que los IMEI de esos teléfonos fueron arreglados por un técnico, con lo cual habría que saber quien fue el técnico que reparó los teléfonos, si se trata del IMEI "corregido" que usan algunas operadoras telefónicas para su control interno, o si esos IMEI son realmente copias exactas de otros (están clonados).

 

De ese modo también habrían tenido respuesta esas incongruentes llamadas que se mencionan en el Sumario en las que simultáneamente los dos interlocutores son llamantes, cuando uno debería ser llamante y el otro llamado.

 

Pero lo que en la instrucción sumarial no se investiga sí se menciona en la sentencia. Así, el juez Gómez Bermúdez señala en los folios 531 y siguientes de la misma que los IMEI manipulados aparecen como 111111111111111 para evitar que se conozca el fabricante y el número real del mismo. Es decir, ha existido intervención humana con posterior a la fabricación del terminal. Y esta mención no es gratuita, puesto que en el Sumario 20/04 aparecen varios terminales telefónicos con esa numeración propia de los que han sido manipulados.
 
Esa explicación en la sentencia no es más que un discreto tirón de orejas para el instructor del Sumario.

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